martes, 8 de mayo de 2007

Sabado

Sabado. Me levanto a eso de las 8 y me ducho con la radio de fondo (rock, nunca fui muy tanguero). Bajo a la calle, que esta vacia y casi casi, amigable. Ya se va sintiendo ese calorcito humedo que en un par de horas va a ser mortal, pero que a esta hora, y en primavera, es bastante agradable. Camino dos cuadras hasta la panaderia, y termino de decidirme por una docena de facturas surtidas mientras la señora que estaba adelante mio le paga a la cajera. Me aseguro que pongan unas cuantas medialunas rellenas con dulce de leche, mis favoritas. En el camino de vuelta al depto compro el Clarin (no es tan caro como el del domingo, que trae los suplementos). Unos amargos, el diario y las facturas, y casi que se me va la mañana. Ayer llamo Cristina y me aviso que el unico paciente a domicilio que tenia cancelo, me alegro el fin de semana, la verdad.
A las 11 y media me tomo el 60 y lo paso a buscar a Fer, habiamos quedado en ir a correr un rato por Palermo (acepte a regañadientes, aborrezco correr), pero a medida que pasan las cuadras el cielo se va encapotando, y si tengo suerte, en un rato se larga a llover. Dicho y hecho, apenas llego al departamento de Las Heras se larga con todo, media cuadra desde la parada es suficiente para empaparme (al final corri, si). La tormenta no dura mucho, pero decidimos ir a tomar un café, a ponernos al dia y nos terminamos bajando dos cortados, un tostado, y medio atado de cigarrillos cada uno. Salgo jurando que dejo de fumar el lunes (algun lunes), y que sin falta, me anoto en el gimnasio.
Todavia falta para la noche (tocan los Chanchos Rengos y hay prueba de sonido), asi que vuelvo a casa y hago un par de llamadas a ver si engancho a alguien mas que quiera ir. Por ahi viene mi amiga Ale, Jorge seguro, en una de esas Diego se toma el tren desde La Plata, pero todos van derecho para el boliche. El recital es en La Matanza, en frente de la Universidad, asi que les doy intrucciones a todos de como llegar, por las dudas.
A eso de las cinco me voy para Bonzi, tengo que esperar el 92, el que no va por Liniers, porque ese se tarda la vida. Hace un calor de locos ahora y el colectivo va medio lleno, asi que voy parado un buen tramo hasta que consigo un asiento en la fila de a uno (la mejor). Me despierto a pocas cuadras de la parada del Coto, con dolor de cabeza y la camisa pegada a la cuerina del respaldo, hice una siesta de como 15 minutos. Lo llamo al Charro desde un telefono publico y prendo un cigarro, nunca me gusto esperar en esa esquina, especialmente desde que tuvimos que salir corriendo de la villa que esta atras de Celina.
Diez minutos despues estoy subido al Taunus, vamos a la prueba, nos encontramos con el Willy y los chicos, y de ahi a casa del Chilly, en San Justo. Llegamos todos juntos, y Martin y el Ale se ponen a discutir por algo, quien sabe por que. Tenemos un monton de tiempo hasta la una, hora en que, si tenemos suerte, empezamos a tocar. No da para un asado, pero si para unas pizzas y unos cuantos litros de Quilmes. Y ahora que digo Quilmes, me acuerdo de otros tiempos, de correrias y noches insomnes en el sur, pero eso ya fue, parece que fueran años. Otra vida.
Esa noche me acuesto tardisimo, y sueño disparates: me caso con una rubia que conozco en el super de la vuelta de mi casa y viajamos juntos a norteamerica, por algun motivo que no queda muy claro. Dejo de fumar, pero no voy al gimnasio. Tengo una hija que no es argentina. Sueño con montañas y con que extraño mi antigua vida, pero en realidad no tanto. Disparates, eso son los sueños despues de todo.
Mañana es domingo y me espera un asado con el infaltable picadito. Lindo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

puto, fue muy lindo lo que escribiste, me hizo acordarme de muchos momentos muy copados, que la pasamos bien, inolvidables,
les mando un abrazo, saludos a caro y a Breana.
por aqui...
Charro, ceci y el futuro niño/a (Ivan tal vez, casi ya de 5 meses...)

Anónimo dijo...

Alejandro: Soy la mamá de Cecilia, me gusta mucho leer. Este relato tuyo es muy bueno.
Es probable que en breve te lo diga personalmente.
Susana, la mamá de Ceci.